sábado, 12 de diciembre de 2009

Régimen Político, tendencias y actores en México: desde la posrevolucion hasta la actualidad.

Lizette Sandoval

CONTENIDO

Introducción
1. Que es un Régimen Político?
1.1. Régimen Político Mexicano
2. Régimen político Mexicano posrevolucionario-80’s
2.1. Desarrollo económico 1929- 80´s
3. Régimen político desde los años 80´s a la actualidad
3.1. Obstáculos para una consolidación democrática.
3.2. Desarrollo económico a partir de los años 80´s a la actualidad
4. El papel de los diferentes actores a través de la historia del régimen político mexicano.
4.1. La iglesia
4.2. El ejercito
4.3. Los sindicatos
4.4. Los partidos
4.5. Los empresarios
4.6. Los medios de comunicación
5. Reflexiones finales

Bibliografía





Introducción
Muchas veces es difícil tratar de explicar “la realidad”, solamente en base a lo que observamos , ya no que no alcanzamos a ver la dimensión completa del fenómeno social.
Así, para entender los fenómenos sociales, políticos y económicos que caracterizan a nuestro país, es preciso conocer los antecedentes que han “construido” tales situaciones a estudiar.
Este trabajo, puede resultar útil para tratar de entender por qué las cosas son como son, en la realidad política y económica mexicana y porque funcionan como funcionan, basados en el estudio del desarrollo del sistema político y económico que ha sido definido por los diferentes actores que componen las “arenas” políticas y económicas.
Asi mismo, nos puede ayudar a comprender que el estudio de los fenómenos políticos y sociales no se entienden desde una perspectiva aislada, sino que la variable económica tiene gran trascendencia sobre la evolución de la realidad política y social,
Por lo tanto la realidad social, no se podrá explicar desde una visión de ciencia individualista, sino desde un punto de vista multidisciplinario que nos muestre las diferentes dimensiones que conforman el rostro de la realidad a estudiar.
El presente trabajo trata de darnos un breve recorrido por las características fundamentales de los periodos que definen nuestro régimen político actual, desde la época pos revolucionaria, hasta la época actual, donde podemos apreciar el proceso de cómo se ha llegado a construir una situación caracterizada entre otros rasgos, por un gobierno en función decreciente, una democracia sin demócratas, un estilo de vida individualista que viene dictado desde las políticas neoliberales..etc.
Se trato de dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Cuál ha sido el transito político y económico en general, que siguió nuestro país después de la revolución? ¿Cuál ha sido el diagnostico del tránsito democrático? ¿Los actores del primer periodo del régimen político son los mismos, que en el segundo? ¿Han cambiado, hay otros que son nuevos? ¿Cuáles son?
El trabajo empieza por definir lo que es un Régimen Político, después da cuenta de las principales características políticas y posteriormente económicas de cada periodo y al final nos centramos en el papel de los diferentes actores que conforman este régimen contrastando su actuación en ambos periodos.


1. ¿Qué es un régimen Político?
Un Régimen Político según la definición de Norberto Bobbio “es el conjunto de instituciones que regulan, la lucha por el poder y el ejercicio del poder y de los valores que animan la vida de tales instituciones.”
Dentro de la estructura organizadora del poder, el Régimen Político establece los criterios de selección de los integrantes de la clase dirigente y asigna los roles en ella.
También es el conjunto de normas y procedimientos para el acceso y el manejo del poder. Teóricamente, y enfatizo, “teóricamente”, es la “voluntad política del pueblo quien erige al régimen político”, pero también es cierto que la estructura del régimen condiciona la formación de la voluntad política.
Según se pude leer en Wikipedia, la enciclopedia virtual mas consultada por internet, un sistema político es la plasmación organizativa de un conjunto de interacciones estables a través de las cuales se ejerce la política en un contexto limitado. Este sistema viene formado por agentes, instituciones, organizaciones, comportamientos, creencias, normas, actitudes, ideales, valores y sus respectivas interacciones, que mantienen o modifican el orden del que resulta una determinada distribución de utilidades, conllevando a distintos procesos de decisión de los actores, que modifican la utilización del poder por parte de lo político a fin de obtener el objetivo deseado claramente.
Por los tanto podríamos definiríamos a un Régimen Político, como “el conjunto de actores e instituciones que regulan la luchan por el poder, y que al mismo tiempo luchan por el, pero también incluye el conjunto de comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores que permean y se divulgan y reproducen a través de las diferentes redes sociales, y que son practicados tanto por el pueblo, como por todos los agentes reales, que tienen injerencia el en poder político. (Empresarios, políticos, instituciones electorales, medios de comunicación, iglesia..etc.)”
Cada tipo de régimen está asociado a determinados valores y limita la libertad de acción de los gobernantes. Hay muchas tipologías de los regímenes políticos. La más antigua - y quizás la más conocida- es la de Aristóteles: monarquía, aristocracia y democracia, con sus correspondientes formas corruptas: tiranía, oligarquía y demagogia.
Montesquieu planteó otra: república, monarquía y despotismo (cuyos "principios" son respectivamente la virtud, el honor y el miedo). Marx los vinculó con las formas de producción: al modo de producción esclavista, corresponde la ciudad-estado; los imperios orientales; al feudal, las monarquías, señoríos y comunas; al capitalista, las democracias representativas, los fascismos y el socialismo.
Las teorías más modernas, clasifican los tipos de régimen según su sistema de partidos políticos. Así hizo Duverger y también R. Aron, que los clasifica en regímenes constitucionales pluralistas y regímenes de partido único.

1.1. Régimen Político Mexicano

La forma de organización política de México según la propia página de internet del gobierno Federal, es la de una República representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación. Sin embargo el concepto de “Democracia”, es un concepto al que todavía le guardamos distancia, ya que en la práctica, tenemos relativamente poco ejercitándola, y solamente algunos de sus aspectos.
Una definición del sistema político mexicano resulta tan complicada como ambigua es la naturaleza del mismo, se podría decir que desde 1928 se empiezan a forjar las bases de un verdadero sistema político, legal y se podría decir también socialmente instituido.
Según Pablo Casanova, las leyes en México se han caracterizado por ser sistemas de creencias, y los modelos de gobierno también.
En México se pueden establecer dos grandes regímenes Políticos:
1 )El pos revolucionario (El PNR nace en 1929), hasta la década de los 80’s y
2) El actual que transcurre de los ochentas a la actualidad.
El sistema Político mexicano en general, desde su inicio hasta la actualidad según el economista Juan Pablo Zorrilla Salgado ha tenido ciertos rasgos que han definido su entorno político, económico y social:

a) El sistema político mexicano ha estado caracterizado por fases intercaladas de Fragilidad – estabilidad, pero siempre bajo una intensa lucha por el control total.
Más del 86% de la historia de de México , ha sido regida por sistemas de poder sin contrapesos: emperadores, virreyes, dictador y partido de estado. Del total de años, unos 70, es decir, 10% en números redondos, fueron de violencia y lucha por el poder y sólo 2 o 3% bajo un gobierno que pudiera llamarse democrático, por lo tanto la fragilidad de la política mexicana ha derivado de las luchas por el poder, entre quienes no se ponen de acuerdo y dan oportunidad al surgimiento de una autoridad que impone el orden por la fuerza.
b) Autoritarismo - democracia - lucha por el poder
Del punto anterior, es posible derivar otra característica del sistema político mexicano: su escasa o casi nula tradición democrática. La tradición política mexicana es por mucho una de autoritarismo con claros períodos de lucha por el poder.
c) Jerarquía - igualdad
Otro de los rasgos de los gobiernos mexicanos, derivado de la historia nacional es la comprensión de la realidad social más en términos jerárquicos que igualitarios. Por ejemplo el ciudadano acepta el poder tota del presidente porque así lo indica la jerarquía, aunque no encuentre justificación real.
d) Nacionalismo
El patriotismo criollo creó y arraigó fuertes emociones nacionalistas, con dos elementos de influencia: el odio y sospecha hacia lo extranjero y la exaltación de las civilizaciones indígenas de la antigüedad. El conquistador español es el villano de la historia, el causante de la caída de brillantes civilizaciones nativas. Los dos rasgos se mantienen hasta el día de hoy, manifestados en el resentimiento de algunos sectores ante la inversión extranjera y la preferencia por lo mexicano.

2. Régimen político Mexicano posrevolucionario-80’s
El viejo régimen político se ubica en el la época pos revolucionaria que comprende desde 1929, hasta la década de los 80´s. Este Régimen tiene como característica nodal, la “centralización del poder y los recursos” en todos los sentidos. Que comienza por una concentración del poder en torno al nacimiento del Partido Nacional Revolucionario, rasgo cuya herencia se ha perpetuado en distintas dimensiones hasta la realidad política actual.
Asi, el PNR en su afán por controlar la creación de una identidad nacional y un proyecto de nación igualitaria, guiada hacia una visión ideal de soberanía y democracia, aglutino todo el que hacer del sistema político.
El gobierno pos revolucionario se da en un contexto de reclamo campesino, donde una gran masa de trabajadores principalmente del campo necesitaban ser guiados a esa idea colectiva de libertad y progreso. El reto principal de los que se quedaran a cargo de México, seria construir esa identidad nacional que no fuera patrimonio exclusivo de una minoría gobernante.
Sin embargo dada la hegemonía cultural de un modelo de hacer política que se sustento en una educación donde se vincularon íntimamente las figuras de la nación, el Estado, el gobierno, el partido dominante, era difícil que resultara una elite gobernante portadora de un porte claramente democrático.
Uno de los objetivos de los gobiernos pos revolucionarios era realizar una “integración nacional”, según Laura Giraudo, nos comenta en su libro “Anular las distancias. Los gobiernos pos revolucionarios en México y las transformación cultural de indios y campesinos”, tal objetivo estaba vinculado a la cuestión indígena (la relación entre raza y nación).
El debate de los gobiernos pos revolucionarios consistía en llevar a México a esa visión de vida contemporánea pero, lidiando con los atrasos que representaba el sector campesino, esta labor de anular una distancia percibida como evolutiva evidenciaba a un México dividido por una distancia entre una población “civilizada” y otra “atrasada”. Situación que todavía podemos ver en el diferente desarrollo que han tenido los estados que conforman la república y que dan como resultado un país “fragmentado” en norte, centro y sur.
Por tal motivo, el gobierno consideraba que para lograrse una integración nacional sólo sería posible a través de la asimilación de las poblaciones consideradas como atrasadas y percibidas como un obstáculo para el proceso de modernización.
En un momento histórico tanto las elites del gobierno como intelectuales actuaban en conjunto para realizar numerosos tentativas de homologación cultural, de modernización y de “nacionalización” de un organismo social considerado en gran parte extraño y ajeno de su concepción de nación ideal. De tal manera que se ve la compleja interacción que se da entre las concepciones de modernidad, nacionalización y las políticas adoptadas por el gobierno y las instituciones que fueron creadas para favorecer la transformación educativa y cultural del sector rural (campesinos e indígenas).
Por ejemplo, se realizaron una serie de “experimentos” institucionales, políticos y sociales con el objetivo de una nueva sociedad. Una de las instituciones que se creó para llevar a bien esta intención, fue la Secretaría de Educación Pública (SEP) durante el gobierno de Álvaro Obregón. Este establecimiento por una parte, tenía la tarea fundamental de realizar la transformación de la sociedad mexicana y por otra, la construcción de una cultura nacional gracias a las políticas educativas instauradas en todo el territorio, que se referían a la transformación de la sociedad rural analfabeta.
Bajo estas condiciones, para Laura Giraudo nos dice que las comunidades rurales no fueron solamente el objeto de un proyecto autoritario de aculturación, por el contrario se hicieron parte activa de este proyecto junto con el gobierno federal y sus funcionarios.
Cuando se funda el PNR, se establece todo un proyecto para una nueva realidad social, cultural e ideológica, se da una estabilidad política sostenida a partir de los años 30-40.
Para los años 40´s el sistema político ya tenía sus bases sentadas en un discurso democrático plural, que al contrastarlo con la práctica se convertía en una gran paradoja: como hablar de pluralismo, si el sistema político estaba controlado por un solo partido, basado en el corporativismo y clientelismo político.
Para los años 60´s según Pablo Casanova, los partidos, el sufragio , las elecciones y los 3 poderes, la “soberanía de los estados federales” y en general todo el aparato de la democracia tradicional inspirada en las ideas de la Ilustración francesa y otros documentos , “operaban de tal forma que la forma de administrar la política , tenía que ver poco o nada con los modelos teóricos de la “lucha de partidos que institucionaliza el cambio de poder , o con el equilibrio de los poderes, o con una federación de estados libres y soberanos.
La teoría en base a la que se formo el gobierno pos revolucionario queda como elemento simbólico que contrastaba con una realidad distinta.
Todo el sistema se explica en base al control total del aparato político, económico y judicial por parte de Partido Revolucionario Institucional.
Las principales características del régimen político correspondiente a este periodo hasta finales de los años 70’s son:
1-Una ausencia de sistemas de partidos. Desde 1929, año en que se funda el partido de gobierno, nunca perdido una elección presidencial hasta el año 2000. Los partidos de oposición carecían de la fuerza institucional y real para ganar la presidencia de la república, alguna gubernatura, alguna senaduría, las diputaciones o presidencias municipales, serian ganadas en base a negociaciones políticas.
Algunos de esos partidos ni siquiera daban cuenta de las características convencionales de un “partido” en sí mismo; algunos estaban financiados por el mismo gobierno que luchaban a favor o en contra provisionalmente del candidato “oficial” a cambio de concesiones, reproduciendo así el juego político y la “ceremonia electoral”.
Los partidos hasta los años 70’s, aun gracias a sus luchas solo habían llegado a construir grupos de presión mas o menos numerosos, consientes de que al lanzar un candidato al “juego”, las posibilidades de ganar eran nulas.
2-El poder absoluto del presidente, era respaldado por una mayoría en la cámara de diputados y senadores y por un férreo control de los 3 poderes, por lo tanto el presidente tenía total control del poder legislativo, por lo que las iniciativas de ley propuestas por el presidente no mostraban oposición.
3-Los sindicatos, cuya mayoría pertenecía a la Confederación de Trabajadores Mexicanos, estaban unidos estrechamente al partido gubernamental, y representaban un respaldo a toda acción o decisión gubernamental.
4-El poder legislativo solamente jugaba una función simbólica, por lo tanto en aquel entonces, el sistema de “equilibrio de poderes” no funcionaba, dado que el desequilibrio imperante, siempre tendía a favorecer al ejecutivo.
5-Aunque la suprema corte de justicia en base a su actuación si da rasgos de representar un poder, no impide que en las grandes líneas siguiera las políticas del ejecutivo, contribuyendo a brindarle mayor estabilidad. Se observa una situación particular en cuanto a la suprema corte de Justicia, la actuación de este, no reflejaba exactamente lo contrario a la teoría. En base a los datos , la suprema corte de Justicia si obraba con cierta independencia respecto al poder ejecutivo y obraba en cierto sentido para dar esperanza a los grupos y personas que podían utilizar este recurso para salvar en lo particular sus intereses y derechos, ya que dejaba ciertos actos y medidas del ejecutivo sujetos a juicio. Solo en ocasiones constituía un freno a los actos del presidente y sus colaboradores.
De 1917 a 1960 hay un total de 3700 ejecutorias, en que expresamente se menciona al presidente de la república como autoridad responsable, de este periodo eln34% corresponde a amparos o suspensiones que la corte concede a los quejosos. De estas 3700 ejecutorias, un poco mas de 1200 satisfacen la demanda de los quejosos.
En general los quejosos en su mayoría estaban representados por propietarios de tierras y compañías.

6-El concepto de “estados libres y soberanos”, solo existía en función de versión romántica que se quedaba en la teoría, por que los gobernantes de los estados, podían ser depuestos con facilidad a discreción de las decisiones del ejecutivo y el gobierno federal, mediante distintos recursos jurídico político.
Bajo esta afirmación los gobernadores estaban sometidos a un sistema de “control militar”, en el que el “comandante de zona” cumplía funciones políticas fundamentales para el mantenimiento del poder del gobierno federal.
Económicamente, el poder central se imponía ya que La hacienda de los estados era relativamente débil, en comparación con el poder de la hacienda central.
Había un desequilibrio en la repartición de recursos para los estados, reciben mayor cantidad de dinero, los más avanzados y con más recursos.
7-Los municipios dependían en su totalidad del gobierno estatal, y experimentaban una penuria financiera que disminuía al minino sus funciones públicas . Esto se explica en base a que:
los gobernadores tenían la facultad para deponer ayuntamientos, las libertades municipales, frecuentemente eran violadas por la autoridad estatal, el municipio carecía con frecuencia de la fuerza para llevar a cabo actos mínimos de gobierno, por esta penuria municipal llevo a la Federación a ocuparse de los servicios más básicos , convirtiéndose los municipios en entidades totalmente dependientes del gobierno estatal y federal.

8-La desequilibrada división del poder provocaba una alta concentración de este recayendo en 2 principales actores, a) el gobierno del centro y b)el ejecutivo. A su vez los actores que actuaban con factores de poder influyendo en las decisiones del gobierno eran, a)los caudillos y caciques regionales, b)el ejercito, c)el clero , d)los latifundistas. Se hablara del papel que jugaron estos actores en este régimen en contraste del papel que juegan en el actual régimen.

2.1. Desarrollo económico del régimen político mexicano pos revolucionario 1929-80’s
Después del triunfo de la revolución mexicana en 1910 y el gradual reacomodo de las fuerzas políticas y económicas, el desarrollo industrial del país llegó con la producción minera y a la vez se desarrolló la metalurgia con la fundición de la plata, cobre y plomo.

A su vez, la industria de transformación estaba representada por las empresas textiles.
“A comienzos de 1910 en México había 150 fabricas textiles”. (Rodríguez Valencia, 2001).
Sin embargo, un hecho muy importante de la historia económica mundial y que afecto a las exportaciones de América Latina y a México, fue la crisis económica de 1929, a esta época se le llamo la “Gran depresión”, la cual fue producida por el proteccionismo comercial que dificultó las exportaciones y con un fuerte aumento de la producción de bienes de consumo, automóviles y construcciones.

“El mercado se saturó y se produjo la caída de las ventas, el endeudamiento bancario, la disminución y la parálisis de las actividades industriales, el desempleo, la disminución de las compras y la saturación casi completa del mercado, en una espiral de recesión”. (Almanaque Anual, 2001).
El 24 de octubre de 1929 cae la Bolsa de Nueva York, que produce una:
“Parálisis de las exportaciones al resto de América Latina y la caída de los precios de las materias primas de carácter mundial a la crisis. Para frenar el desplome de los precios, miles de toneladas de productos agrícolas son destruidos en Estados Unidos, Europa y América Latina”. (Op. Cit.).

Al finalizar la Gran Depresión, en México se empiezan a dar cambios de relevancia, durante la administración del Presidente Lázaro Cárdenas se inició la Reforma Agraria (1935), se nacionalizó la industria del petróleo y de los ferrocarriles.
Durante el sexenio de Ávila Camacho (1940-1946). Se crearon las bases para un proceso de industrialización en México, mejor conocido como el “Modelo de Industrialización Sustitutiva” o “Modelo de Sustitución de Importaciones”.
En el periodo de 1946-1952, que fue gobernado por Miguel Alemán Valdés se siguió impulsando a las empresas privadas, nacionales como extranjeras, en este sexenio se incrementaron las obras de infraestructura en nuestro país, sobre todo caminos y puentes.

A partir de los 40´s, por parte del Estado se utilizaron mecanismos para impulsar la inversión privada Para esto el Estado instituyó mecanismos de carácter financiero para poder responder a la demanda de créditos de las pequeñas y medianas empresas de tipo industrial, creando un rápido proceso de expansión y diversificación de la rama industrial en nuestro país.
Así, entre los 40´s a los 80’s en México se utilizaron políticas económicas de proteccionismo a las empresas principalmente industriales, basadas en el modelo económico keynesiano.
Este modelo Keynesiano fue utilizado por Estados Unidos para salir de la gran depresión de 1929, bajo la tutela del presidente Roosevelt, utilizando el gasto público para salir de la crisis donde la propuesta era que el gobierno interviniera en la economía, donde la empresa privada no lo estaba haciendo, utilizar gasto público en las aéreas en donde las empresas no estaban produciendo o explotando. La Política fiscal de este modelo estaba basada en un control directo sobre los presupuestos.
John Maynard Keynes, establecía en su modelo que el problema que se debía atacar era el desempleo, porque que en ocasiones la producción es inferior a lo deseable y por eso se produce el desempleo. Al existir desempleados no adquieren bienes y servicios y las empresas no contratan a más gente porque no hay suficiente demanda. Keynes proponía aumentar el gasto público, de forma que aumentando el gasto público se aumente el empleo el cual a su vez vuelva a crear empleo hasta volver a alcanzar
La primera etapa del modelo de Industrialización sustitutiva, orientada a promover la industrialización en México, se lleva a cabo basada en políticas de corte keynesiano, y aunque creo un rápido proceso de expansión de la rama industrial, esta etapa también dejo déficit en las finanzas públicas como en la cuenta corriente, creando desequilibrios internos y externos.
La segunda fase del modelo se desarrolló en el periodo 1955-1970. Periodo caracterizado por un endeudamiento con el exterior para poder financiar al gasto público, pero, no todo fue tan negativo ya que; el desarrollo de la política económica del sexenio de Adolfo López Mateos (1958-1964), “permitió el crecimiento sostenido, con una inflación inferior a 5% y una estabilidad cambiaria…” , por eso se dice que este periodo se le conoce como “periodo de desarrollo estabilizador”.

Durante el periodo de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), la crisis se dejó sentir, debido a todas las irregularidades económicas que se venían arrastrando de sexenios anteriores, como el fuerte gasto público, financiado por una excesiva oferta monetaria, endeudamiento externo, y un fuerte déficit en la balanza de pagos, creando una situación adversa para la economía, caracterizada por un crecimiento notable en la inflación, se devaluó el peso, aumentaron las importaciones de alimentos, creció la deuda externa y la fuga de capitales.
La administración pública surgida de e la revolución de 1910 hasta los 70´s, pudo mantener las condiciones para que se efectuara una rentabilidad centralizadora. Sin embargo, la riqueza y las posibilidades de explotación de los recursos productivos, estuvieron limitadas a solo a un reducido número de regiones, sumamente concentradas en términos de población y territorio, al mismo tiempo se abandonaron grandes cantidades de territorios y grandes sectores de la población.
Contradictoriamente, lo que causo que se pensara en la descentralización, en los años 70’s, (Raul Olmedo 1983), no fue la rebelión contra ese hecho económico, sino un reclamo de espacios en el sistema político, que vendría a modificar todo el sistema en general, así la rentabilidad centralizadora, puso en peligro al propio sistema económico.
En cuanto a lo social, es a partir del periodo de los años 40´s a los 80´s, cuando se empieza a manejar el término de “clases sociales” o grupos sociales, a partir de la distribución del ingreso. Después de los años 80´s pierde validez el lenguaje que involucraba esos conceptos.
Tras la crisis del sistema proteccionista y la fuerte critica a las políticas keynesianas y centralizadoras, los años 80´s significan una ruptura en el sistema económico, sin embargo aunque fue una ruptura que vino a traer soltura a los empresarios, se puede observar que en el periodo anterior a los años 80´s, la sociedad no se encontraba tan desequilibrada económicamente, como se encuentra ahora.
Al mismo y bajo el régimen político imperante en México, este tipo de modelo económico-centralizador, tendía a fortalecer el poder del gobierno sobre todos los demás sectores, incluyendo el empresarial.
Este Modelo Keynesiano que apremiaba la política fiscal, sobre la monetaria, después de pasar su etapa productiva empezó a ser criticado, ya que se argumentaba que evitaba una exposición de las empresas productivas a la competencia exterior, y proponía una empresa privada muy estimulada en base a los grandes subsidios que el gobierno le brindaba.
Así, México se ve sumido en una paradoja, aunque el propósito del modelo era favorecer el desarrollo social al mismo tiempo que el económico, al mismo se fortalecía el control del gobierno sobre el sistema económico y sus actores, propiciando el autoritarismo en todos los sentidos, en base a esto los recursos eran distribuidos a los estados a las empresas a discreción de la voluntad del gobierno federal, causando con esto un desequilibrio en el desarrollo de México.
Es precisamente ese fuerte rasgo de “centralización”, uno de los aspectos que permite el agotamiento de este sistema, en base a las condiciones antes mencionadas, donde el gobierno federal tenia control de todo, podemos ver nulo, el desarrollo estatal y municipal independiente. Debido a esa centralización y en el tenor de que solo se les inyectaba recurso a los estados más pudientes, los desequilibrios de las condiciones tecnológicas y productivas todavía son visibles entre los estados de la República. Podemos observar todavía, un país fragmentado en el Norte, donde la inversión tecnológica es alta, el PIB per cápita, es mayor que en el área de los estados del sur, donde la pobreza alcanza cifras espeluznantes, a pesar de ser estados ricos en recursos materiales y naturales, pero con una mala distribución de la riqueza.
La centralización en una primera etapa impulsa el desarrollo económico, pero esa etapa que culmino en los 70´s llego a su etapa de rendimientos decrecientes y en muchos aspectos de rendimientos negativos.
Es así como hacia finales de los años 70´s, se comienza a hablar del agotamiento de este sistema keynesiano, bajo los argumentos de que si se seguía subsidiando al mercado, no se tendría certeza de que tan competitivas podrían ser las empresas por sí mismas, grandes economistas y empresarios, argumentaba que el mercado, debía poner a “cada quien en su lugar” y se debía optar por un mercado libre que produjera crecimiento y empleo, que “goteara” bien estar y felicidad (Qunade). Se argumentaba que el estado Keynesiano premiaba el ocio de los individuos y los empresarios.
Es después de los 80´s donde se prevé un cambio de Modelo, basado en la política monetaria, sobre la fiscal, propuesto principalmente por Milton Freedman
En general estas fueron las características que describían al sistema político hasta mediados de los 70’s



3. Régimen político 80´s- actualidad
Los 80’s representan una ruptura tanto económica, como política para el sistema político mexicano. Las reformas electorales llevadas a cabo por presiones en el gobierno vienen a terminar en el hecho más trascendental de esta segunda etapa del régimen político, “la transición del 2000” que vino a legitimar un sistema de partidos débil, sobre un sistema de partidos fortalecido.
En México la reconfiguración del sistema político después de los 80s, tiene que ver con una reconstrucción social, jurídica y política, en donde las sucesivas reformas electorales (principalmente en 1979 y 1996) jugaron un rol clave en el cambio político. El reto consistió en pasar de un sistema de partidos débil e incipiente a un sistema de partidos fuerte y plural que animaran contiendas electorales cada vez más competidas.
Las principales características de la transición política mexicana fueron las siguientes:
2. Ha sido una transición fundamentalmente de carácter electoral, cuya característica distintiva es el paso de un sistema de partidos débil y controlado por el estado (priista), con partido hegemónico (PRI), a otro más plural y democrático permitiendo una competencia real entre partidos.

2. Implicó un cambio lento y gradual, con intensas negociaciones enmarcadas por movilizaciones políticas y represión selectiva de disidentes (sobre todo perredistas).

2. Pese a lo anterior, en términos generales el cambio político ha sido posible encauzarlo dentro del marco jurídico que define el juego político, lo cual explica el que no haya sido necesario un golpe de Estado o la propagación de la violencia permanente o generalizada para lograr la apertura electoral.

3. La transición política mexicana coincide con la consolidación de una serie de factores económicos, políticos y sociales internacionales que, sobre todo en la década de los noventa, influyeron y apresuraron la transición, entre ellos la globalización y la caída del muro de Berlín y su efecto reforzante del modelo de democracia occidental en todo el orbe.

Es difícil encontrar un consenso sobre el inicio puntual de esta transición; sin embargo, hay coincidencias en señalar algunas fechas significativas para este proceso reformador: por ejemplo la reforma electoral de 1964 que abrió más espacios a la oposición; después el movimiento estudiantil en 1968 que culminó con la matanza en Tlatelolco significó un parte aguas en la historia política y civil que vino a emerger del reclamo democrático, ante un escenario de represión cultural y social. Este movimiento más que una protesta “estudiantil” significó una protesta social con exigencias de índole civil y de alcance general, cuyas dimensiones fueron difíciles de enfrentar y entender para el régimen político de ese entonces. En este sentido, hizo evidente la necesidad que presentaba el país de un cambio en la vida política, usos y costumbres del Estado para convertirse en una sociedad más libre y plural.
Con este conflicto empiezan a gestarse movimientos sociales y políticos fuera de los cauces institucionales de entonces, es el tiempo de la proliferación de la guerrilla y de la consecuente “guerra sucia” del aparato represor del gobierno, así como de la existencia de organizaciones políticas que actuaban al margen, y en contra, de esa institucionalidad, como fue el caso del Partido Comunista de México (PCM) durante décadas.
En este contexto la transición política mexicana da su primer paso firme con la reforma electoral de Jesús Reyes Heroles en 1977. Esta reforma se da en un contexto donde no existían verdaderos partidos políticos nacionales, se precisaba su construcción para la creación de un verdadero sistema de partidos. Con esta reforma se buscaba también la creación de reglas electorales creíbles; un registro condicionado para partidos que buscaran, mediante el apoyo popular mínimo (el 2.5.% del voto total), un lugar en la arena política nacional; la creación de diputados de representación proporcional que permitieran tener voz y voto de los partidos nacionales (aunque no obtuvieran triunfos por el principio de mayoría relativa); financiamiento público a los partidos, además de prerrogativas que estimularan su asistencia permanente a las elecciones federales, locales y municipales.
Sin embargo estos cambios tenían un fundamento pragmático, no una vocación democrática, que se explica a partir de las características hegemónicas del sistema. El PRI como partido hegemónico, para asegurar su legitimidad y gobernabilidad, requería de una oposición “leal” (al estilo del PAN durante décadas –hasta 1976 cuando decide no postular candidato a la presidencia del país), “lo que resiste, apoya” sostenía Reyes Heroles, para no quedarse como partido único y exhibirse, como lo que era, un régimen “autoritario”, o peor aún “totalitario”. Como partido único no hubiese podido obtener legitimidad internacional, situación que no hubiera hecho ningún bien a la relación con Estados Unidos, quien exigía por lo menos un formato democrático para establecer negociaciones.
Esto explica el que los tímidos cambios y aperturas que el gobierno priista, entonces de López Portillo, realizaba dentro del sistema electoral fueran impulsados con la intención de animar a la oposición para que siguiera compitiendo, pero siempre con la precaución de que no se fortaleciera demasiado, solo lo mínimo, solo lo necesario para mantener funcionando el sistema político.
Por eso no es casual que las dos reformas importantes en materia electoral, como la del 64 y la del 77, se dieran porque previamente el PAN, a manera de protesta y presión, se retiró primero del Congreso en 1958 y luego de las elecciones nacionales en 1976, siendo López Portillo el único candidato inscrito en los comicios electorales por la presidencia en ese año.
En suma, las reglas electorales que tutelaban las elecciones no podían considerarse medidas democratizadoras totalmente, pero sí servían de barreras para proteger el funcionamiento del sistema político. En este mismo sentido, siguiendo a Becerra, Salazar y Woldenberg, las tareas clave de la política democrática en México eran dos:
a) Primero, la consolidación y el desarrollo nacional de los partidos políticos, y b) la creación de leyes e instituciones reguladoras de su competencia.
Después del 77 se empiezan a dar drásticos cambios en materia electoral que fueron poco a poco abriendo cauce a partidos emergentes, así como fortaleciendo a los ya constituidos. En este panorama, 1982 también es una fecha clave porque ahí se agota el modelo desarrollo económico imperante durante décadas del llamado “milagro mexicano” –crecimiento del PIB del 6% en promedio- desde 1940 más o menos, así como del llamado “desarrollo estabilizador” que permitió este crecimiento económico con estabilidad política.
La contienda por la presidencia del país de 1988, como señalamos, dejó al descubierto que no solo ese proceso electoral, sino también todo el control del sistema político mexicano comienza a salirse de las manos de la elite gobernante. La veracidad de los resultados de las elecciones es fuertemente cuestionada; el PRI no obtiene por primera vez la mayoría en el Congreso; el Frente Democrático Nacional (FDN), posteriormente impulsor (en 1989) de la creación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), jugó, con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato, un papel muy importante en las luchas posteriores por la democracia que, aunque no pudieron anular las elecciones de ese año, crearon las condiciones para la negociación de las sucesivas reformas electorales, sobre todo la de 1996 que aún pauta (en lo esencial) las reglas del juego político de nuestro país.
Para José Antonio Crespo es este lapso (1982-1988) cuando inicia la transición mexicana, ya que el PRI empieza a tener dificultades en el control de las elecciones.
Por su parte, Alonso Lujambio sostiene que es en 1988 cuando empieza cabalmente la transición, cuando el PRI pierde una gran dosis de legitimidad. Es entonces cuando el gobierno de Salinas requiere de reformas constitucionales que apuntalen su gobierno, pero por primera vez no puede hacerlas sin el concurso de otras fuerzas políticas.
En la misma tesitura, los autores mencionados consideran a esta elección del 88 como un “acontecimiento cismático” que significó una ruptura en el PRI, tanto al interior del partido como al exterior, ya que por primera vez no alcanza ni el 66% de la votación total. Ante un contexto de cuestionamiento y deslegitimidad, el régimen de Salinas impulsa una serie de medidas y reformas espectaculares para generar las condiciones mínimas de gobernabilidad en el país. Entre ellas destaca la creación del Instituto Federal Electoral (IFE), 1990, pues se comprendió que las elecciones de 1991 y 1994 no serían viables si seguían siendo organizadas por la Comisión Electoral al servicio del PRI. En este sentido, la reforma electoral de 1996 “ciudadanizó” la dirección del IFE al reservar la toma de decisiones de esta instancia arbitral federal al voto de estos consejeros ciudadanos y excluyó la presencia del Ejecutivo, al menos al nivel formal, de esta instancia de dirección.
Como signo de la estrategia política salinista de acercamiento a los grupos políticos, principalmente al PAN, un año antes de la creación del IFE, el gobierno de Salinas había “reconocido” el triunfo del PAN en la contienda por la gubernatura de Baja California, con el ascenso de Ernesto Ruffo Appel. Desde este momento los partidos de oposición empezaron a exigir mayores espacios de expresión y participación. Los avances hechos en materia electoral ya eran irreversibles, el PRI entra en una crisis interna que se ve reflejada más tarde en los posteriores triunfos electorales de la oposición, triunfos que fueron derrumbando paulatinamente, pero en forma sostenida, la legitimidad del PRI/gobierno.
En 1991 se produjo la alternancia en los estados de Guanajuato y Chihuahua; en 1995 en Jalisco, en 1997 en Nuevo León, Querétaro y el Distrito Federal.
Para 1999 Tlaxcala, Nayarit, Aguas Calientes y Baja California Sur se sumaron a la lista de estados con gobiernos de alternancia, de manera que para el año 2000 la oposición por primera vez en la historia obtuvo la mayoría de los asientos en la Cámara de Diputados. En este mismo año el PRD ya gobernaba cuatro estados y el Distrito Federal; Acción Nacional gobernaba seis estados y entonces establece un hito dentro de la transición electoral, gana la presidencia de México.
En este tránsito el PAN y el PRD dejan de ser partidos meramente testimoniales, es decir, partidos que estaban condenados a no gobernar, para ser partidos que empiezan a cumplir funciones gubernamentales.
El voto del ciudadano antes de la primera alternancia (1989 en Baja California) pasó de ser considerado mero ritual para considerarse, ahora, la verdadera clave del proceso democrático.
Obstáculos para la consolidación democrática en México
A pesar de que la transición electoral en México ha avanzado en las dos últimas décadas, el debate actual de la vida política del país es intenso, ríspido y al borde muchas veces de la parálisis gubernamental (bloqueos de iniciativas en las Cámaras, toma de tribunas en el Poder Legislativo, crisis de liderazgo político, etc.).
Según José Antonio Crespo el problema que hoy enfrenta la transición política mexicana, que no concluyó con la alternancia en el 2000, es que exige ir más allá de lo electoral. Para él es imperativa la modificación estructural del sistema político, la creación de una estructura normativa que permita ligar la gobernabilidad con la democracia, dar eficacia a las acciones de gobierno.
Se podría poner en tela de juicio si el marco institucional y legal heredado por el PRI y construido bajo los ideales pos revolucionarios es el óptimo para completar esta transición y para la búsqueda de una mayor pluralidad, no obstante que ese mismo marco haya permitido poco a poco la alternancia.
Para este autor, como para muchos otros, el gran reto es crear una nueva reforma de Estado, pues si bien el régimen autoritario del PRI formalmente perdió la presidencia en el 2000 en manos del PAN y Vicente Fox, aún subsisten –quizás incrementadas- viejas conductas y formas de accionar antidemocráticas ligadas a la corrupción política, la injusticia social, persistencia del sindicalismo espurio, etc. Como sostiene por su parte Lorenzo Meyer:
Una vez que el nuevo equipo se acomodó en la Presidencia, anunció numerosas reformas. Sin embargo, una combinación de impericia, resistencias y falta de voluntad, hizo perder el impulso al cambio. Debió ser en algún momento de 2002 o de 2003, cuando los flamantes ocupantes de Los Pinos decidieron que su verdadero proyecto transexenal no debía ser el cambio sustantivo, sino que los esfuerzos del gobierno, en unión con algunos de los poderes de facto, deberían dirigirse a algo más factible y redituable a nivel personal, de grupo e ideológico: impedir la alternancia un sexenio más y preservar el poder del gobierno federal dentro del círculo panista (y de sus numerosos aliados priistas) y, sobre todo, de los grandes intereses económicos que simpatizaban y sostenían a dicho círculo.
Esta transición, la cual es calificada como “diluida” o “difícil de palpar y categorizar”, es comprendida y analizada a partir de muchas percepciones que dependen del criterio que se utilice para definirla. La transición electoral debiera ser el punto de partida para un cambio normativo, tal vez para un cambio más profundo en donde, como señala Roberto Gutiérrez, superemos la actual “democracia sin demócratas” que ha tenido como origen histórico la “cultura revolucionaria” autoritaria que ha impregnado a la nación en todas las áreas de la vida social. El nacionalismo revolucionario como ideología ofició de referente estatal para el ejercicio de la política y la moral social, sobre esta base se construyó el estado, el gobierno y el partido dominante, lo cual dificultó la formación de una elite política de bagaje cívico-liberal. Alonso Lujambio señala al respecto: hoy el sistema de partidos múltiple se fragmenta en un contexto constitucional poco concentrado. El problema de la inmadurez de los políticos es que han vivido el noventa y cinco por ciento de su vida en un régimen no democrático, la cuestión es de tiempo y de cambio generacional.


3.2 Desarrollo económico después de los 80’s

A partir de los años 80s se da una ruptura, como ya mencionamos antes, en el umbral de un cambio de civilización, según Raúl Olmedo, donde la centralización de los recursos que un día permitió crecimiento económico, a partir de los años 80’s se vuelve improductiva no solo en el campo económico, sino como ya vimos en el área social y política también. La centralización a partir de los 80’s se vio mas como amenaza que acentuaba las desigualdades y los obstáculos para el progreso.
Por eso a partir de los 80´s se abogo por una descentralización en todos los aspectos de la vida social política y económica.
Una de las políticas económicas que caracterizan el desarrollo económico de México y el mundo y que ha venido a remarcar las desigualdades sociales, para dar un beneficio al mercado, es el Modelo Neoliberal en México (1982-actual)

Para el periodo de 1982-1988, sexenio gobernado por Miguel De La Madrid Hurtado, se comienza con una economía orientada al mercado internacional, ya que se ve como única salida a la recesión y estancamiento de la actividad productiva de nuestro país, etapa caracterizada por hiperinflación (niveles hasta de 3 dígitos), y considerada como una década perdida, producida por una crisis de la deuda externa y del petróleo.

Se inicia una etapa de privatización de las empresas paraestatales, y una política económica que se apega al modelo Neoliberal basado en el libre mercado interno y externo, donde se redujo los aranceles a las importaciones y se eliminaron las barreras arancelarias, México se adhiere al GATT en 1986 (Acuerdo General Sobre Aranceles Y Comercio).
Esto no resolvió ningún problema en México, ya que por el excesivo proteccionismo que se dio en nuestro país, se crearon fuertes monopolios, que no eran ni competitivos, ni productivos y menos eficientes ante el comercio exterior, es decir, no contaban con una oferta suficiente para exportar, contaban también con una planta productiva obsoleta, y la competitividad estaba basada en las modificaciones que se dieran en el tipo de cambio.

En la década de los 90´s se firma el TLC (Tratado de Libre Comercio), con Estados Unidos y Canadá, en donde se invita a la inversión extranjera, a invertir en nuestro país, para usarlo como plataforma de exportación hacia nuestros vecinos del norte.
Profundizando aún más en este punto; en febrero de 1991, los presidentes George Bush, Carlos Salinas de Gortari y Brian Mulroney (de EE.UU., México y Canadá respectivamente) anunciaron formalmente que sus gobiernos se preparaban para negociar un histórico acuerdo comercial de libre comercio, que sería un catalizador del crecimiento económico del hemisferio, promovido por el aumento en la inversión, el comercio y el empleo.

Las negociaciones concluyeron formalmente el 11 de agosto de 1992 con la elaboración del documento final (el TLCAN) y este fue suscrito el 17 de diciembre de 1992 por los 3 líderes antes mencionados, entrando en operación el primero de enero de 1994.

Con la entrada del TLC en vigor, se une, la aparición del EZLN (Ejercito Zapatista de Liberación Nacional), que es un grupo armado de campesinos de cuatro municipios del Estado de Chiapas, liderado por el Subcomandante Marcos dando a conocer los cambios sociales y económicos que piden para la región, el ejercito mexicano interviene en la zona el 3 de enero y se ha mantenido ahí hasta la fecha actual.
Cabe mencionar algunos de los aspectos políticos posteriores al TLC, que fueron factores determinantes, para crear una atmósfera de inestabilidad político-económico en el país, dejando como respuesta la peor crisis económica que haya vivido México:


La suma de todos los inquietantes sucesos políticos, aunado a un alto déficit en cuenta corriente y una baja capacidad para hacer frente a los compromisos de la deuda, junto con aumentos sucesivos a las tasas de interés estadounidenses obligaron a México a devaluar hasta un 40%, creando una reacción en cadena en América Latina caracterizada por la fuga de capitales y que ha sido conocida como efecto “Tequila”.
En 1996, México da señales de recuperación económica, y logrando una estabilización económica en 1997, que hasta hoy en día se ha mantenido.
Vicente Fox, da continuidad y refuerza al mismo tiempo, a la iniciativa privada, como un motor de desarrollo y crecimiento económico, promoviendo las exportaciones, la competitividad, la productividad, y la eficiencia en la industria nacional. Aunado a la continuidad de una política restrictiva y de control a la inflación.
Hoy en día, con el presidente Calderón siguen en marcha las políticas neoliberales a pesar de que ha demostrado, ya es un sistema agotado, que ha venido a remarca las desigualdades sociales, nos ha convertido en exportadores de mano de obra barata, los grupos étnicos, están cada día mas pobres, y el campo esta devastado.

4. El papel de los diferentes actores atravez de la historia del régimen político Mexicano
Como pudimos ver, atravez del bosquejo del sistema político y económico mexicano en sus 2 etapas, hay actores que ocupan roles centrales y roles secundarios, papales que se transforman conforme se modifica el sistema político.
En la primera etapa observamos un gobierno fuerte, autoritario con amplio poder y control sobre los demás sectores, como los medios de comunicación y el sector empresarial, el ejercito se aprecia también como un actor activo que contribuye a la legitimación del sistema. También mencionamos como factores de poder en la primera etapa al clero, los latifundistas, los empresarios. En esta primera etapa también los sindicatos representan un fuerte refuerzo al sistema político y gozan en medida de privilegios y personalidad, dados los arreglos con el ejecutivo.
En la segunda etapa, ya se observa a un gobierno limitado y achicado, acorralado muchas veces por presiones por parte de organismos económicos nacionales e internacionales, y por el poder creciente de los medios de comunicación, dada la plataforma de difusión que estos representan. El ejercito deja de ser un factor activo de poder y la iglesia adquiere personalidad mediática, aunque no en gran medida.
Los partidos pasan de ser meros ornamentos políticos a ocupar un papel central de oposición y compartir las funciones de gobierno.
A continuación un recuento del como se ha configurado el papel de cada uno de estos actores en base a los 2 regímenes políticos.
4.1. La iglesia
La iglesia en México representa un poder de facto, siempre ha representado un factor de dominación. Las creencias religiosos, en este caso la católica, forman hoy en dia parte del discurso político, para persuadir y lograr la identificación con el pueblo, y-o el electorado en tiempo de campaña.
Los políticos siempre han buscado la aprobación del sector religioso, aunque de manera indirecta los gobernantes siempre han tratado de darle a la iglesia un lugar privilegiado y ”especial” a través de discursos públicos, porque están consientes de su trascendencia e influencia social; como muestra de esto, hoy en día, podemos observar como en los eventos políticos de más alto rango se ve asistiendo a altas personalidades de la iglesia católica.
Los gobernantes se encuentran en desventaja contra las denuncias que pudiera llegar a hacer la iglesia, ya que no es posible refutar sus argumentos divinos, y un enfrentamiento causaría una ruptura con el gran grueso del pueblo mexicano muy difícil de reparar.
La relación iglesia- estado ha estado caracterizada por diferentes periodos de tensión y alianza, cada uno siempre en el tenor de proteger sus propios intereses
La iglesia, después de haber sido el más grande terrateniente y prestamista en los tiempos del siglo pasado, perdió gran parte de su poderío en la reforma, posteriormente después de verse reforzada por el Porfirismo, se sintió amenazada por la revolución mexicana y entro en grandes conflictos por el estado.
Como recordaremos estos conflictos alcanzaron niveles de inusitada violencia, como la guerra de los cristeros, llegando a su climax, en periodo callista cuiando se declara una política anticlerical.
Posteriormente con Portes Gil, se establece una relación estable, algo como un modus.vivendi entre el estado y el clero, ceso la persecución e incluso llegaron a haber momentos de alianza.
Posteriormente, Ávila Camacho se convierte en el primer presidente revolucionario que se declara “católico”, a partir de este momento la iglesia va recuperando su influencia en la educación y en el propio gobierno. La actividad política del clero aumenta, los periódicos dedicados a difundir la fe católica también aumentan y el pulpito es utilizado cada vez más frecuentemente con finalidades políticas.

En el periodo de 1940 a 1960, comienza a haber una importación de clérigos de otros países, una alta construcción de templos y renace el culto público y se construye la Basílica de Guadalupe, bajo tutela de la esposa de Ruiz Cortinez.
A partir de los años 60’s la iglesia se une al discurso anticomunista, predicando rechazo a este sistema que parece propagarse. La iglesia hace uso de un cristianismo político, manipulando símbolos, para provocar pánico y agresividad anticomunista entre la población más fanática.
Luis Echeverría comienza a invitar a Obispos a reuniones de su gabinete y posteriormente el Papa visita a México.
En los 70’s la iglesia luchaba contra conflictos internos, por la creciente politización del clero influido por el Concilio Vaticano II, que demanda una actitud de compromiso y responsabilidad por los más pobres, con nuevas corrientes como la teología de la liberación.
En la década de los 80´s De la Madrid reconoce a la iglesia como miembro de hecho, pero no de derecho, sin embargo el conflicto entre iglesia y estado esta vez se centro en la critica a los procesos electorales, el sistema yo comenzaba a erosionarse y ser fuertemente cuestionado.
Posteriormente con salinas se da un importante paso para la iglesia, se le atribuciones jurídicas a todas las asociaciones religiosas, en un contexto de una fuerte critica de la iglesia hacia el gobierno por las condiciones de los conflictos de Chiapas y donde anunciaban adoptar una posición de denuncia hacia estrategias políticas y económicas que agudizaran la pobreza e injusticia social.
Este “regalo” de salinas pudo calmar un poco, los ánimos denunciativos de la iglesia.
En el 2000, se observa un acercamiento entre la iglesia católica y el PAN, la iglesia se presenta como vocera del gobierno panista con Vicente Fox, desde el marco de las elecciones.
Podemos decir que la iglesia ha sido el único factor de poder (Pablo Casanova 1963) que ha sobre vívido a las grandes transformaciones del México contemporáneo e incluso recuperado o incrementado parcialmente su fuerza.
El dilema de la iglesia es ahora claro, pueden preferir actuar con una ética de la responsabilidad en un tono de cooperación con el sistema y asi evitar conflictos con el estado, dejar en segundo plano las denuncias y bajarle el tono a las luchas por los pobres y marginados, pero con el riesgo de perder influencia y legitimidad en una sociedad que se transforma de modo acelerado y a la cual se le busca inculcar los valores del evangelio. O bien pueden asumir una ética de convicción, asumir un perfil más dinámico y convertirse en una fuerza relevante para el cambio aun acosta de exponerse a críticas , cuestionamientos y hostilidades del gobierno .



4.2. El ejercito
En la primera etapa del antiguo régimen, el ejército fue un factor muy importante para el poder y un actor que tomo parte activa en la reproducción y legitimación del sistema hegemónico, sin embargo su poder fue decreciendo conforme el sistema se fue configurando.
Después de la independencia, de 137 años de vida independiente de México, 93 años fueron gobernados por militares, es decir un 70% de gobernantes militares, contra un 30% de gobernantes civiles hasta 1958.
A partir de los 50’s todos los presidentes fueron civiles hasta hoy en día, así poco a poco se le fue recortando el presupuesto al ejercito, hasta que en 1963, solo absorbía el 6% del egreso nacional.
Son precisamente gobernantes militares como el General Calles, Cardenas y Avila, los que ponen control y una serie de medidas para controlar al ejercito, asi desaparece el sector militar dentro del partido y se una “profesionalización de caudillos y jefes militares”.
Según Pablo Casanova, medidas de control directo, reforma agraria y desarrollo económico son el origen de la desaparición del militar como principal personaje de la política mexicana.
Hoy en día, el ejercito solo ocupa un papel de resguardo ante amenazas internacionales y de apoyo en desgracias y tragedias nacionales.
En este ultimo sexenio de Felipe Calderón, y su “lucha contra el narcotráfico”, se ha buscado incorporar al ejército para auxiliar a la fuerza policiaca a combatir a los narcotraficantes y secuestradores.


4.3. Los sindicatos
La lucha de los trabajadores es un factor esencial en la lucha democrática de los países desarrollados. En México en artículo 123, reconoce el derecho de asociación de los trabajadores, así como el derecho de huelga.
Los sindicatos representan un actor que ha perdido fuerza principalmente a través de los cambios económicos, la entrada al neoliberalismo que incluye entre sus políticas el debilitamiento de los sindicatos y otros factores que mencionaremos a continuación.
Una de las principales características del nuevo estado pos revolucionario, fue la de organizar en torno a él ese movimiento campesino que se estaba desarrollando. Así surgió una ideología que sustentaba la visión de un Estado Revolucionario basado en la "alianza con los obreros y campesinos" que fuera el único representante legal del movimiento armado y cuya fuerza fuera la "única garantía" de que algún día las promesas de la Constitución de realizarían.

Los sindicatos en la primera etapa del régimen político, por estar en su mayoría afiliados al partido hegemónico, en su mayoría, jugaron un papel estabilizador para el sistema.
Las 2 terceras partes de los trabajadores pertenecían a la Confederación mexicana de trabajadores, estrechamente ligada al partido y al gobierno.
Inclusive algunos líderes sindicales, ocupaban algunas diputaciones o senadurías.
Por otro lado, el sector sindicalizado también ejercía su derecho de huelgas, sin embargo hay una correlación interesante, en los gobiernos de presidentes famosos por su política obrerista y popular, es cuando hay mayor número de huelgas y huelguistas, como si los sindicales y obreras se hubieran sentido protegidos por la fuerza presidencial, y lo contrario ocurría cuando los presidentes tenían una política general menos radical o de alianza más abiertas con los sectores patrones
Por otra parte en la mayor parte del mundo donde hay sindicatos y uniones obreras poderosas se ve una correlación entre movimientos huelguísticos y el ciclo económico pero en México esa correlación es baja.
Antes de los 60’s hay por lo menos 3 movimientos huelguistas significativos, en 1933, que revelaban un descontento ante lo política obrera del Maximato, las huelgas del 43-44 que intentaban demostrar la fuerza del movimiento obrero ignorada por el gobierno de Ávila Camacho y la huelga del 58, donde el movimiento obrero lucha por recuperar su independencia. Esta huelga permitió que el sector obrero alcanzara éxitos parciales en la recuperación de su democracia después de haber sido reprimidos en la huelga del 44.
1930 a 1970, se transformó totalmente la realidad de los mexicanos, la población se concentró en las ciudades y el proletariado creció hasta convertirse en la fuerza social más importante.
En 1940 apenas el 20% de la población vivía en zonas urbanas, para 1978 el porcentaje era del 65%. En 1970 el 58.2% de la población laboraba en actividades del campo, para 1980 ese porcentaje había disminuido a menos del 30%, mientras que el sector manufacturero creció hasta llegar al 18% de la población ocupada; al mismo tiempo 41% se dedicaba a minería, construcción y servicios. 7
Como resultado del proceso de diversificación del capitalismo en México, se crearon diversos estratos medios, sectores que van desde la pequeña burguesía urbana y rural hasta las capas más beneficiadas del proletariado.
El periodo siguiente es el de la brutal crisis económica de los 80´s, sobre todo en el sexenio de Miguel de la Madrid durante el cual prácticamente no existió crecimiento económico.
El gobierno recurrió a una serie de pactos económicos donde se condenaba a la población trabajadora a una brutal reducción salarial, tan sólo en el periodo de 1982 a 1992 el salario se hizo tres veces más pequeño, gracias a la inflación y a los topes salariales. La incapacidad de la burguesía nacional para desarrollar al país se puso manifiesta; coyuntura que permitió a una capa de tecnócratas totalmente afín a las políticas del imperialismo norteamericano, asumir el control de la situación.
El movimiento obrero fue severamente afectado, en los momentos en los que el problema de la economía de los más desposeídos no es vivir mejor sino sobrevivir, la lucha por lo indispensable se vuelve la única prioridad. Esta desbandada sin orden permitió al Estado emprender una ofensiva contra el movimiento democrático en el seno de los sindicatos, así como para debilitar al máximo al movimiento del sindicalismo independiente.
El día 28 de noviembre de 1998 en la ciudad de México se creó la Unión Nacional de Trabajadores, que integra a más de 150 sindicatos y en torno a un millón trescientos mil afiliados. Sin duda este es un acontecimiento que debemos valorar como un punto de inflexión en el movimiento sindical mexicano.
La época de lo que se ha dado en llamar neoliberalismo, caracterizada por una profunda embestida contra todos los derechos de los trabajadores, ha generado una profunda crisis en el seno del sindicalismo corporativo. Éste, acostumbrado a traficar con las diversas concesiones como la vivienda y la seguridad social entre muchas más, entra en crisis cuando el Estado se ve obligado a retirarlas ó minimizaras
Para 1990, del total de la población económicamente activa (PEA) el 66.2% correspondía a trabajadores asalariados (cerca de 16 millones), de este total de asalariados, el 47.3% estaban considerados como obreros (7,526,520) y de estos el 51.3% (3,862,294) estaban empleados en la industria de la transformación (manufactura, minería, electricidad, construcción, etc.)
En ese año el total de trabajadores sindicalizados urbanos era de 7,826,571, es decir un 49% del total de los trabajadores asalariados y un 30 % del total de la PEA. 7
Los datos de los años posteriores no señalan alguna disminución del peso de los asalariados en la PEA, ni del nivel de sindicalización: Entre 1988 y 1997 el porcentaje de población asalariada con respecto del PIB pasó del 71.6 al 70.8%, es decir, se mantuvo estable, en lo que se refiere al nivel de sindicalización, como ya señalamos, en 1990 constituía un 49% del total de los asalariado, para 1996 era el 46%.
En el año 2001 el 34.2% del empleo se concentra en la producción manufacturera, el 18.6% en comercio y el 19.4 en servicios personales.
El peso del sector manufacturero también se ha mantenido estable, especialmente por la expansión de las exportaciones, las cuales han aumentado un 400% en estos últimos 10 años, en este terreno los porcentajes de sindicalización tampoco han variado de manera significativa; en 1991 el 87% de las empresas grandes contaba con sindicato, para 1995 el porcentaje era del 89% y el porcentaje de sindicalizados era del 63.9%. En las empresas medianas el porcentaje pasó del 84 al 84.5% en el mismo periodo y en las pequeñas del 66 al 60.1% y en las empresas micro pasó del 6.9 al 9.5% es decir creció.


4.4. Los partidos
Durante la época hegemónica el papel de los partidos de oposición era muy limitado, había partidos de oposición, adscritos al gobierno como parte de la estrategia legitimadora del poder.
El papel activo de los partidos progreso a cuenta gota, gracias a las reformas que sucedieron entre los 60’sy 90’s, que terminaros en la transición del 2000.Los partidos pasaron de ser organismos externos o ajenos al Estado, para incorporarse de lleno en su operación diaria y sus decisiones cruciales.
Sin embargo como ya se menciono antes, el avance se dio más, gracias a la preocupación del gobierno por no parecer “autoritario” ante la escena internacional, que a la preocupación de dar voz y participación a la oposición dentro de un sistema plural y democrático.
El gran avance se dio al pasar de un sistema incipiente de partidos a un sistema de partidos fuerte, sin embargo están todavía los vicios de la herencia revolucionaria y el burocratismo, dice Roberto Gutiérrez L. que vivimos, una “democracia sin demócratas”.
Gran parte de la evolución del papel de los partidos, se describió en al apartado que trata sobre la transición democrática, lo cual concluye en que actualmente los partidos ocupan un papel crucial dentro del sistema “democrático” y dentro del funcionamiento del estado.
Hay pluralismo en las cámaras de diputados y senadores, y en el sexenio pasado por primera vez, se experimento enfrentamiento entre un presidente del PAN, y una cámara de diputados y senadores, mayoritariamente compuesta por diputados del PRI. México, aun está aprendiendo sobre la marcha a sobrellevar estos escenarios en una pluralidad “nueva”.
Hoy en día los partidos cuentan con las siguientes características:
a) Son la fuente exclusiva que construye el poder legislativo, por tanto son sedes de ese poder.
b) Su rango constitucional los hace precisamente ceñirse a la constitución y a la ley, pero al mismo tiempo les garantiza una amplia gama de prerrogativas para su crecimiento.
c) Los partidos son los únicos vehículos que pueden representar candidatos a cargos populares.
d) Gozan de amplio financiamiento público y de espacios en los medios de comunicación.
e) Ejercen facultades legales de primer orden, al poder hacer nombramientos, acordar y o ratificar ministros y altos funcionarios del gobierno en turno.
d) Con la transformación de sus derechos y obligaciones estipulados en el COFIPE, están también sujetos a políticas de transparencia.

4.5. Los empresarios
Los empresarios también gracias a la transformación de las reformas económicas y a la globalización han pasado de ser actores secundarios, a ser actores de primera, muchas veces inclusive sobre la actuación del estado.
Los empresarios en el tiempo pos revolucionario, se convierten en el personaje político que viene a sustituir al latifundista, ya dentro de un tipo de relaciones sociales de carácter capitalista, que abarca el conjunto de las zonas desarrolladas del país y domina el resto.
A partir de ahí nacen organizaciones empresariales que gozan de un carácter oficial y obligatorio, se convierten en un instrumento poderoso de los propios empresarios. (CONCAMIN, CONCANACO, Conferencia Patronal de la república Mexicana.. fueron las primeras asociaciones empresariales en México).
El origen revolucionario del Estado mexicano influyó en sus relaciones con los empresarios durante el siglo XX.
A diferencia de otras revoluciones sociales, la mexicana no sólo respetó su existencia sino que facilitó su multiplicación y desarrollo.

Si marcó ciertos límites en su acción, pretendiendo con ello proteger los intereses de otros sectores sociales, en la práctica no logró orientar un desarrollo que propiciase una sociedad razonablemente igualitaria e incluyente a largo plazo.

En consecuencia, tanto por el origen del sistema político como por los resultados de los modelos de desarrollo, los empresarios se encontraron en una situación ambivalente. Por una parte eran vistos como un factor de modernización para el país, por la otra, algunos actores sociales que participaron en la Revolución los empujaron
fuera de los espacios de representación del nuevo orden político, donde otros sectores como los militares, los obreros y los campesinos sí tenían un lugar.

El espacio de acción de los empresarios se limitó al campo económico, aunque de manera limitada; tendrían derecho a ser consultados por el gobierno en materia de política económica, para lo cual se crearían las cámaras y confederaciones de industriales y comerciantes.
La falta de representación política directa a través de los partidos se supliría con
formas de relación informales y personalizadas a través de las cuales expresaban
sus demandas y defendían sus intereses al más alto nivel.

Sin embargo, en los aspectos sociales y políticos, cuando aparecieron conflictos que
no pudieron resolverse por esos mecanismos, los empresarios prefirieron crear sus propias instituciones, entre las que destacan la Coparmex (1929), el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (1962) y el Consejo Coordinador Empresarial (1975).

Si al principio los empresarios fueron débiles como categoría social, al grado de que el Estado debió protegerlos para que pudieran desarrollarse, con el tiempo crecieron, se diversificaron y fortalecieron tanto, principalmente en la metrópoli nacional y en las dos metrópolis regionales, que los más grandes de ellos destacaron por sus fortunas en el ámbito mundial.
Los empresarios decidieron entrar en la política partidaria cuando el Estado, ante un modelo desarrollista de industrialización por sustitución de importaciones que se agotaba, determinó dinamizarlo interviniendo de manera directa y creciente en la economía. Sintieron que con ello se atentaba contra sus interesas y convinieron en propiciar la competencia electoral y participar directamente como nuevos actores políticos.

El quiebre del modelo, con la crisis de la deuda de 1982, fue el detonador.
A partir de entonces los empresarios se constituyeron en los actores centrales –y los más grandes de ellos, en los beneficiarios principales– del nuevo modelo enmarcado en la era de la globalización, en sustitución del Estado como agente de desarrollo, al tiempo que ensancharon su participación en la política.
La crisis erosionó la legitimidad que el Estado había conseguido en los sectores populares y las clases medias a través de la movilidad social y económica durante varias décadas. Las urnas fueron importantes por primera vez, y los empresarios las empezaron a usar para hacer frente al intervencionismo, también acosado por los acreedores externos y una fracción de la clase política tecnocrática.

La inestabilidad económica fue un duro golpe para la estabilidad política
que había conseguido el Estado pos revolucionario. Los empresarios dejaron de admirar ésta y el presidencialismo y empezaron a hacer política de otro modo.
Los empresarios pequeños y medianos que eran más independientes, o los ubicados en las zonas más afectadas por las expropiaciones de tierras y bancarias, dictadas desde el centro, decidieron participar en la competencia política, tanto desde el PAN como desde el PRI.

Con sus recursos económicos, humanos y organizativos lograron transitar con éxito desde los niveles locales y regionales hasta el nacional. Nunca, como al cambio de los siglos XX y XXI, habían ostentado tanto poder económico y político al mismo tiempo. Tienen ante sí el gran desafío de conseguir a contrarreloj, en un contexto internacional desfavorable y con muchas fuerzas sociales y políticas en contra, un desarrollo económico sin exclusión social, base fundamental para realizar dos de las aspiraciones de la población a inicios del siglo XXI: seguridad y empleo.

El proceso de transformación del presidencialismo mexicano, el cual se aceleró desde 1997 cuando el partido en el gobierno perdió la mayoría en el Congreso, ha propiciado que las decisiones sean más lentas y difíciles, aunque más democráticas. La competencia electoral y la emergencia de poderes regionales incentivaron cierta emancipación de los diputados con respecto a la institución presidencial.

Hoy en día , por su parte, los empresarios se han visto obligados a reorientar parte de sus negociaciones con el Congreso en aras de conseguir las decisiones a las que aspiran en materia de políticas públicas.
La expansión del cabildeo, y el peligro de sus abusos, está llevando a la toma de conciencia de la necesidad de reglamentarlo.
Durante la primera administración que ha tenido un intenso cabildeo en el Congreso por parte de los empresarios, la del presidente Fox, los resultados son exiguos, sobre todo si se toman en cuenta las grandes reformas que los empresarios pretendieron realizar: la energética, la laboral y la fiscal.

El gobierno y el partido del presidente no lograron hacer pasar esas reformas, aunque sí otras, como la del Seguro Social. El surgimiento del cabildeo en el Congreso es una forma inédita de hacer política en México.

Hoy en día los empresarios del modelo político, son caracterizados por utilizar estrategias basadas en cambiar de lo “publico” a lo “privado”, de la “ideología” a la “individualización”. Es necesario preguntarnos, con que nivel de responsabilidad actuaran estos empresarios que tienen en su espalda el compromiso con el desarrollo social y las clases sociales más desprotegidas, hasta el momento no han demostrado gran compromiso social.

4.6. Los medios de comunicación
Dentro de los diversos grupos de interés en el sistema político mexicano actual encontramos los antes mencionados pero también han aparecido otros que son fundamentales en cuanto a la forma de acercamiento de los partidos y el gobierno a la población; los medios masivos de comunicación.
Además de ser grupos de interés también son elementos de la cultura política, en un principio formaban parte del mismo aparato estatal, fuera como medio de justificación de las acciones del gobierno, para promover distintos programas gubernamentales o en ocasiones para desacreditar a la oposición, como pudimos ver en el conflicto del 68’. Los medios de comunicación fueron meros voceros de la versión del ejecutivo, sumidos en un contexto de desinformación, manipulación y represión.
Sin embargo este contexto de alianza con el gobierno, también permitió los grandes monopolios de la comunicación que tiene México, Televisa y Tv azteca.
Sin embargo con la erosión del sistema, la globalización y el capitalismo, hoy en día los medios de comunicación ejercen una influencia brutal sobre la sociedad, las diversas elites, y sobre el mismo gobierno. Los medios de comunicación son llamados hoy en día, el cuarto poder, por su capacidad de influencia sobre la población y la misma política.
En las pasadas elecciones de julio del 2003, los partidos políticos gastaron una cantidad mas que considerable en el ejercicio de la promoción electoral, (spots de televisión, radio, propaganda estática y en medida minúscula las diversas chabacanerías como regalos y apoyos comunitarios) de ahí que los grandes ganadores de las pasadas elecciones no fueran los partidos políticos, la sociedad civil, o el gobierno sino los medios de comunicación masiva y en especial las dos grandes empresas comunicadoras mexicanas: Televisa y Tv azteca las elecciones han pasado a ser más que uno de los índices de preferencia y calificación de la labor estatal (si realmente lo fueron) a un negocio redondo y que implica una gran oportunidad de influenciar a la población para los fines del quien pague más o para el beneficio de las empresas mismas.
Estas elites no tienen poder instituido por el propio sistema político, pero tienen influencia que los propios individuos o demás grupos les adjudican en base al poderío económico o la influencia de los personajes principales de estas empresas.
Hoy en día los medios de comunicación llegan a desempeñar funciones que le corresponden a las instituciones del estado, por ejemplos, educan, juzgan, dictan sentencia, aun sin antes haberse celebrado algún juicio formal como observamos en caso del Político René Bejarano, cuyo caso significo el Clímax de la video política como escándalo mediático.

5. Reflexiones Finales.

En base a lo estudiado podemos concluir que ninguna situación o característica del sistema político mexicano, es de origen “casual”, todo tiene una explicación.
Los diferentes roles que han jugado los actores de las arenas político y económicas de los distintos periodos del régimen político mexicano, nos marcan una pauta para explicarnos por que las cosas hoy en día suceden como suceden.
En el terreno político observamos a un órgano de gobierno cada vez más diminuto, dependiente de las políticas que le dictan organismos económicos nacionales e internacionales y por otro lado, adscrito al poder de los medios de comunicación (Véase el caso de la última reforma de los medios de comunicación).
Esto se puede explicar en un primer aspecto en base a la intromisión de los empresarios en la esfera política, dando como resultado, una manera de gobernar mas enfocada a la eficiencia económica que al desarrollo social. Las desigualdades se han agudizado y el órgano de gobierno ya no puede hacer nada para detenerlo, ha entrado en una etapa, a mi forma de ver “ de funciones maniadas”, donde aunque cuenta con los elementos necesarios para poder hacer una cambio estructural que beneficie a la esfera social, no lo hace, porque hay muchos intereses y acuerdos de por medio.
La esfera del poder económico, bajo la cara del neoliberalismo ha venido a dictar en gran manera nuestra manera de vivir: somos altamente individualistas, no nos interesa la situación del otro, no tienen cabida en nuestro discurso diario argumentos sobre desarrollo social, no nos interesa nada, más que mantener nuestro status quo,
Las organizaciones sindicales han perdido peso gracias a las políticas neoliberales, que frenan la organización de los trabajadores, en la lucha por mejores condiciones de trabajo, en un contexto donde la fuerza laboral se ha vuelto una mercancía baratísima, no solo al interior del país, sino al exterior, ya que somos maquila de empresas transnacionales, bajo el argumento de las intenciones del gobierno de promover el “desarrollo económico” y la inversión.
La tendencia de ir de lo “publico” a lo privado, pronto nos llevara a escenarios más duros para las clases más desprotegidas, no dudo que en un futuro, cuestiones tan elementales que hoy en día son de acceso gratuito, como la salud, el día de mañana sea un negocio privatizado, donde solo el que pueda pagar recibirá atención medida de calidad.
Lo mismo pasa con la educación, las escuelas públicas no reciben suficientes fondos para el acondicionamiento y el mantenimiento optimo de una escuela de primera calidad, si se busca una “educación de calidad” se tiene que pagar una escuela particular.
En el terreno político, podemos observar una clase política de “traje nuevo”, pero con la misma vestidura interior, la herencia de los malos hábitos de los gobierno posrevolucionarios no ha podido ser superados, las reformas que hacen falta para la renovación del sistema político no han rebasado lo electoral. Gran parte de la explicación de porque nuestro sistema funciona como funciona, es porque en la práctica, nuestra democracia es relativamente muy joven, tenemos a un democracia “bebe”, cuando ya debiéramos contar con bases democráticas un poco mas solidas. La “costumbre” de negociar, dialogar y pactar con el otro, que representa una oposición, es algo que apenas está formando parte de las nuevas habilidades del político contemporáneo mexicano.
El largo periodo de partido hegemónico en el poder, tiene su explicación en el hecho de que el gobierno emanado de la revolución, en su afán por consolidar los ideales de libertad e igualdad y el reconfigurar a un país incluyente, pero también moderno, quiso controlar absolutamente todos los aspectos de la nueva vida nacional, no quiso correr el riesgo de ver truncado su plan “nacionalizador”, por cualquier “fuerza” que pudiera “amenazarlo”. Bajo la tutela de un aparato de gobierno que prometía un nuevo proyecto de país, el pueblo mexicano, incluyendo a los campesinos, permitió que el poder tomara dimensiones inimaginables. Bajo esa tutela parental, iglesia, latifundistas, empresarios y campesinos encontraron alguna razón que les beneficiara para seguir legitimando y reproduciendo el sistema. El país mismo se vio inmerso en un proceso de “disonancia cognitiva”, como había 2 preceptos que entraban en conflicto (una dominación total, sobre el reclamo de más espacios de participación y derechos, había que justificar alguna de ellas, para seguir reproduciendo el sistema), lo cual dio lugar a 70 años de sumisión.
Sumisión que es característica del ciudadano mexicano (Octavio paz), sumisión que es característica de un gobierno mexicano, ante intereses de organismos que controlan la esfera mundial.
Tal vez la clave este en la transformación generacional, que de lugar a una nueva clase de dirigentes que sea un poco más consciente de su compromiso con el desarrollo social, sin tener que desconectarlo de la eficiencia económica y política, que reclaman los tecnócratas modernos.
Las elecciones del 2 de julio del año 2000, representaron un sueño para la población mexicana bajo las tantas promesas del presidente Fox.

La realidad que vivimos hoy en día los mexicanos, sólo se ha traducido en un descontento político, ya que, no existen apoyos reales para las pequeñas y medianas empresas, altas tasas de desempleo real, hay cierre de más dependencias que antes trataban de fomentar algo, o simplemente, representaban fuentes de trabajo, el Gobierno Federal argumenta una crisis financiera en el IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social) y lo desean privatizar.


Aunado a los problemas internos, se siente también claramente las influencias de inestabilidad del exterior, como la desaceleración económica de los Estados Unidos de Norte América, así como, los problemas colaterales de la invasión de Irak y su relación con el Terrorismo.
Pero la intención no es sumirnos en un estado de pesimismo, sino de pensar que puedo hacer podemos hacer cada uno, desde nuestras trincheras, con nuestros pocos recursos, para por lo menos mejorar nuestra realidad.












Bibliografía
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3-“Iniciación a la economía de México, descentralización, principios teóricos y ejemplos históricos”. Raúl Olmedo. Enlace-Grijalvo. México D.F. 1983.
4-“Un balance de 25 años de teoría, practica y mitos asociados al neoliberalismo en México”. Alejandro Rogelio Álvarez Bejar. Disertación para el ingreso a la academia de Economía Política. México D.F. Junio 2009.
5-“Los empresarios y la política en México: Una visión contemporánea”. Roderic A. Camp. Fondo de Cultura económica.
6-“ Anular las distancias. Los gobiernos posrevolucionarios en México y las transformación cultural de indios y campesinos “, Laura Giraud. Madrid, CEPC, 2008 primera edición en español.[primera edición en italiano 2003].
7-“Sistema político mexicano” . Eduardo García Gaspar Una visión dinámica . Revista Contrapeso. Núm. 61. Miércoles 31 de enero de 2007.
http://contrapeso.info/articulo-4-2394.html
8-“La historia económica de México (un resumen bajo la óptica sobre riesgo)” L.E. Juan Pablo Zorrilla Salgador. GLOBALIZACIÓN, INTEGRACIÓN INTERNACIONAL Y APERTURA ECONÓMICA .05 2004
http://www.gestiopolis.com/canales2/economia/histomex.htm
9-. Glosario de conceptos políticos comunes. http://www.eumed.net/dices/definicion.php?dic=3&def=461
10-“Los sindicatos en México”. martes, 18 de septiembre de 2007
http://www.militante.org/los-sindicatos-en-mexico

11-es.wikipedia.org/wiki/Sistema_pol%C3%ADtico. Definición de régimen Político.
12-Articulo. “Empresarios y Democracia”. Carlos Alba Vega. Revistas del Colegio de Mexico.
www.revistas.colmex.mx/revistas/7/art_7_1145_8728.pdf.

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